Trump, Putin, Maduro y Milei

Cuando se analiza la política o en este caso la geopolítica desde un lugar de indignación de Doña Rosa o Mabel o simplemente desde la perspectiva "ideologíca" suceden cosas como las que comentaremos a continuación.

La reciente situación en Venezuela, donde Trump no solo ha reconocido al gobierno de Nicolás Maduro, sino que también ha enviado a negociar la renovación de las licencias de Chevron, se puede interpretar como una jugada estratégica que representa una significativa victoria para el líder venezolano. Este movimiento solo refuerza la posición de Maduro en la arena internacional. Gran victoria del venezolano 

Por otro lado, la noticia de que Trump está "negociando" el fin de la guerra en Ucrania revela su enfoque pragmático a la hora de encontrar una posible solución. Se sabe, de los laberintos se sale por arriba y es evidente que a Trump no le preocupa Ucrania ni el destino de su presidente, Zelensky; su interés parece centrarse más en cómo estas negociaciones pueden beneficiar los intereses estratégicos de Estados Unidos. 

En este escenario, Rusia se perfila como el ganador, mientras que Ucrania y la OTAN se encuentran en una posición de desventaja, y, curiosamente, Estados Unidos opta por retirarse, dejando a la Unión Europea con la responsabilidad de afrontar las consecuencias. 

Este contexto estamos en condiciones de afirmar una vez más que el Presidente Javier Milei termino posicionándose en el lado equivocado de la historia.

Los intereses de un país, especialmente en este nuevo mundo multipolar, deben ser evaluados más allá de las ideologías, caso contrario, quedas atrapado en un laberinto político que limita no solo el desarrollo estratégico sino también la cooperación y oportunidad comercial. Está falta de "pragmatismo" nos lleva a situaciones donde el país efectivamente de encuentre como se menciona en los medios de comunicación "aislado del mundo".